martes, 21 de diciembre de 2010

FELIPE V, EL CARÁCTER DEPRESIVO A LA SOMBRA DEL ABSOLUTISMO

-Edición 84: El absolutismo y la depresión del monarca

Con Ferrán Sánchez (profesor de Historia del Instituto Guillem Cata de Manresa) y Joan Lluís Palos (profesor en el Departamento de Historia Moderna de la Universitat de Barcelona).

El primer rey Borbón de la monarquía española que despertó grandes esperanzas entre sus subditos, pero su carácter depresivo lo hizo encerrarse en palacio y descuidar sus deberes de Gobierno.

El 22 de enero de 1701, Felipe de Anjou hizo su entrada solemne en Madrid como nuevo rey de España. Tenía 17 años y había heredado el trono de los Austrias a la muerte del último representante de esta dinastía, Carlos II y después de no muy pocas maquinaciones urdidas desde Versalles por su abuelo Luís XIV.

En septiembre de 1701 se casó con María Luisa Gabriela de Saboya, de apenas 13 años. La apariencia de los nuevos monarcas, jóvenes y apuestos, fue pronto percibida por sus súbditos como un signo de esperanza para una monarquía abatida y a la que acechaban numerosos enemigos.

Cabe destacar que, si bien Felipe V tenía un poder absoluto, nunca gobernó como tal. La enfermedad que padecía desde la adolescencia y que provocaba en el rey ataques transitorios de depresión, impidió que Felipe V pudiera cumplir regularmente con sus tareas de gobierno. Por ello, el verdadero poder lo ejercieron sus primeros ministros, algunos cortesanos como la princesa de los Ursinos y posteriormente su segunda mujer, Isabel de Farnesio, con la que se había casado en 1714. Debido a la enfermedad de la depresión, en 1724 el rey Felipe V abdica en la figura de su hijo, el joven Luís I que inesperadamente muere a los pocos meses de heredar el trono.  Duracion 72 minutos.





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